"Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él". Kant, Immanuel.

"La educacíon es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo". Mandela, Nelson.

"El principio de la educación es predicar con el ejemplo". Tugot, Anne Robert Jacques.

domingo, 7 de abril de 2013

Cuento: Ricitos de oro



RICITOS DE ORO
En una preciosa casita, en el medio de un bosque florido, vivían 3 ositos. El papá, la mamá, y el pequeño osito. Un día, tras hacer todas las camas, limpiar la casa, y hacer la sopa para la cena, los tres ositos fueron a pasear por el bosque.
Mientras los ositos estaban caminando por el bosque, apareció una niña llamada Ricitos de Oro que, al ver tan linda casita, se acercó y se asomó a la ventana.
Todo parecía muy ordenado y coqueto dentro de la casa. Entonces, olvidándose de la buena educación que su madre le había dado, la niña decidió entrar en la casa de los tres ositos.
Al ver la casita tan bien recogida y limpia, Ricitos de Oro curioseó todo lo que pudo. Pero al cabo de un rato sintió hambre gracias al olor muy sabroso que venía de la sopa puesta en la mesa.
Se acercó a la mesa y vio que había 3 tazones. Un pequeño, otro más grande, y otro más y más grande todavía. Y otra vez, sin hacer caso a la educación que le habían dado sus padres, la niña se lanzó a probar la sopa.
Comenzó por el tazón más grande, pero al probarlo, la sopa estaba demasiado caliente. Entonces pasó al mediano y le pareció que la sopa estaba demasiado fría. Pasó a probar el tazón más pequeño y la sopa estaba como a ella le gustaba. Y la tomó toda, todita.
Cuando acabó la sopa, Ricitos de Oro se subió a la silla más grande pero estaba demasiado dura para ella. Pasó a la silla mediana y le pareció demasiado blanda. Y se decidió por sentarse en la silla más pequeña que le resultó comodísima.
Pero la sillita no estaba acostumbrada a llevar tanto peso y poco a poco el asiento fue cediendo y se rompió. Ricitos de Oro decidió entonces subir a la habitación y probar las camas.
Probó la cama grande pero era muy alta. La cama mediana estaba muy baja y por fin probó la cama pequeña que era tan mullidita y cómoda que se quedó totalmente dormida.
Mientras Ricitos de Oro dormía profundamente, llegaron los 3 ositos a la casa y nada más entrar el oso grande vio cómo su cuchara estaba dentro del tazón y dijo con su gran voz:
-¡Alguien ha probado mi sopa!
Y mamá oso también vio su cuchara dentro del tazón y dijo:
-¡Alguien ha probado también mi sopa!
Y el osito pequeño dijo con voz apesadumbrada:
-¡Alguien se ha tomado mi sopa y se la ha comido toda entera!
Después pasaron al salón y dijo papá oso:
-¡Alguien se ha sentado en mi silla!
Y mamá oso dijo:
-¡Alguien se ha sentado también en mi silla!
Y el pequeño osito dijo con su voz aflautada:
-¡Alguien se ha sentado en mi sillita y además me la ha roto!
Al ver que allí no había nadie, subieron a la habitación para ver si el ladrón de su comida se encontraba todavía en el interior de la casa. Al entrar en la habitación, papá oso dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama!
Y mamá oso exclamó:
-¡Alguien se ha acostado en mi cama también!
Y el osito pequeño dijo:
-¡Alguien se ha acostado en mí camita...y todavía sigue durmiendo!
Ricitos de Oro, mientras dormía creía que la voz fuerte que había escuchado y que era papá oso, había sido un trueno, y que la voz de mamá oso había sido una voz que la hablaba en sueños pero la voz aflautada del osito la despertó.
De un salto se sentó en la cama mientras los osos la observaban, y saltó hacia el otro lado saliendo por la ventana corriendo sin parar un solo instante, tanto, tanto que no daban con los pies en el suelo.
Desde ese momento, Ricitos de Oro nunca volvió a entrar en casa de nadie ajeno sin pedir permiso primero. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Cuento: El pastorcillo mentiroso



EL PASTORCILLO MENTIROSO
Érase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo paseando y cuidando de sus ovejas en el campo de un pueblito. Todas las mañanas, muy tempranito, hacía siempre lo mismo. Salía a la pradera con su rebaño, y así pasaba su tiempo.
Muchas veces, mientras veía pastar a sus ovejas, él pensaba en las cosas que podía hacer para divertirse. Como muchas veces se aburría, un día, mientras descansaba debajo de un árbol, tuvo una idea. Decidió que pasaría un buen rato divirtiéndose a costa de la gente del pueblo que vivía por allí cerca.
Se acercó y empezó a gritar: - ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo! La gente del pueblo cogió lo que tenía a mano, y se fue a auxiliar al pobre pastorcito que pedía auxilio, pero cuando llegaron allí, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor, que se deshacía en risas por el suelo. Los aldeanos se enfadaron y decidieron volver a sus casas. Cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que se puso a repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar: - ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo!
La gente, volviendo a oír, empezó a correr a toda prisa, pensando que esta vez sí que se había presentado el lobo feroz, y que realmente el pastor necesitaba de su ayuda. Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riéndose de ver cómo los aldeanos habían vuelto a auxiliarlo. Esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon terriblemente enfadados con la mala actitud del pastor, y se fueron enojados con aquella situación.
A la mañana siguiente, mientras el pastor pastaba con sus ovejas por el mismo lugar, aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se sentía arrepentido de ninguna forma. Pero no se dio cuenta de que, esa misma mañana se le acercaba un lobo. Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo. Al ver que el animal se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente: - ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Qué se va a devorar todas mis ovejas! ¡Auxilio! Pero sus gritos han sido en vano. Ya era bastante tarde para convencer a los aldeanos de que lo que decía era verdad. Los aldeanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, de esta vez hicieron oídos sordos.
¿Y lo qué ocurrió? Pues que el pastor vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez: - ¡Socorro, el lobo! ¡El lobo! Pero los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía unas cuantas ovejas y se llevaba otras tantas para la cena, sin poder hacer nada, absolutamente. Y fue así que el pastor reconoció que había sido muy injusto con la gente del pueblo, y aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente, y nunca más volvió burlarse ni a mentir a la gente.


Cuento: El lobo y los siete cabritillos



EL LOBO Y LOS SIETE CABRITILLOS
En una bonita casita del bosque vivían 7 cabritillos y su mamá.
Un día la mamá cabra tuvo que irse de compras al pueblo y dijo a sus hijitos:
- Hijos míos, me voy a comprar al pueblo y cuando yo vuelva daremos un paseo por el campo. Os traeré exquisita comidita.
Y todos los cabritillos, felices, dijeron:
- Vale, mamá!!
Antes de salir de casa, la mamá cabra les dijo:
- Mientras yo no llegue, no abran la puerta a nadie, vale hijitos?
Y los cabritillos, obedientes, dijeron:
- Vale, mamá!!
Fuera de casa, detrás de un árbol se escondía un temible lobo que observaba cómo la madre cabra salía con su bolso de casa, dejando a sus hijitos solitos dentro de la casa.
Minutos después de que la madre cabra saliera de casa, el lobo se acercó a la puerta y dando algunos golpes, TOC TOC TOC a la puerta de la casa de los cabritillos, dijo:
- Soy vuestra mamá y os traigo buena comidita. ¿podéis abrirme la puerta?
Reconociendo la voz del lobo, los cabritillos gritaron:
- NOOO... tu no eres nuestra madre. Eres el lobo!!!
Decepcionado, el lobo se fue y se acercó a una granja que había allí cerca, y se comió docenas y docenas de huevos para aclarar y suavizar su voz. Y volvió a la casa de los cabritillos: TOC TOC TOC... Y con voz suave dijo:
- Niños, soy vuestra mamá, ¿podéis abrirme la puerta?
No convencidos de que era su madre, los cabritillos le dijeron:
- Si eres nuestra madre, entonces enséñanos vuestra pata.
El lobo no dudó en enseñarles su pata negra y peluda por debajo de la puerta. Y los cabritillos dijeron:
- NOOOO... tu no eres nuestra madre. Eres el lobo!!!
Contrariado, el lobo se dirigió a la casa de un molinero y le pidió un saco de harina. Metió una patita en la harina para que se la blanqueara y se fue otra vez a la casa de los cabritillos: TOC TOC TOC... Y les dijo:
- Niños, soy vuestra mamá y os traigo comidita muy exquisita del pueblo. ¡Abrid la puerta!
Los cabritillos volvieron a decirle:
- Si eres nuestra madre, entonces enséñanos tu pata.
El lobo enseñó su pata bien rebozada en harina por debajo de la puerta y los cabritillos dijeron:
- ¡Esta vez sí que eres mamá! Y abrieron la puerta.
El lobo entró rápidamente en la casa y empezó a correr para alcanzar a los cabritillos. Los cabritillos salieron corriendo y se escondieron cada uno en un sitio distinto.
En este momento, pasaba por allí un cazador que, oyendo todo el ruido de voces, entró en la casa y estaba a punto de matar el lobo cuando el animal salió corriendo asustado y con miedo, rogando al cazador que no le matara y jurando que jamás volvería por aquellos lados. Al cabo de un rato llegó la mamá cabra y se encontró la puerta abierta y la casa vacía.
- Ay, ¡mis hijitos! Seguro que a todos se los ha llevado el lobo.
Fue entonces cuando todos los cabritillos, uno a uno, fueron saliendo de su escondrijo, para la alegría de la mamá cabra. El cazador le explicó todo lo que había ocurrido. Y entonces, como agradecimiento al cazador, la mamá cabra y sus cabritillos prepararon una gran fiesta donde pudieron comer la rica comidita que había comprado la mamá cabra en el mercado del pueblo.



Cuento: El ratoncito Pérez



EL RATONCITO PÉREZ
Pepito Pérez era un pequeño ratoncito de ciudad. Vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio. El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer.
Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vio un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.
Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental.
A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón.
Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina... Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso.
Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.
Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él.
Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vio como el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada.
Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande.
El doctor se lo quitó y se lo dio de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar.
El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada.
Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo. A la mañana siguiente el niño vio el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio.
Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


Cuento: El patito feo



EL PATITO FEO
En una hermosa mañana de verano, los huevos que habían empollado la mamá Pata empezaban a romperse, uno a uno. Los patitos fueron saliendo poquito a poco, llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan contentos que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el más grande de todos, aún permanecía intacto.
Todos, incluso los patitos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, a ver cuando se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y luego se pudo ver el pico, luego el cuerpo, y las patas del sonriente pato. Era el más grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los demás. Y como era diferente, todos empezaron a llamarle el Patito Feo.
La mamá Pata, avergonzada por haber tenido un patito tan feo, le apartó con el ala mientras daba atención a los otros patitos. El patito feo empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Y a medida que crecía, se quedaba aún mas feo, y tenía que soportar las burlas de todos. Entonces, en la mañana siguiente, muy temprano, el patito decidió irse de la granja.
Triste y solo, el patito siguió un camino por el bosque hasta llegar a otra granja. Allí, una vieja granjera le recogió, le dio de comer y beber, y el patito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de algunos días, él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería engordarle para transformarlo en un segundo plato. El patito salió corriendo como pudo de allí.
El invierno había llegado, y con él, el frío, el hambre y la persecución de los cazadores para el patito feo. Lo pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de colores. Y el patito empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por un estanque, vio las aves más hermosas que jamás había visto. Eran elegantes, delicadas, y se movían como verdaderas bailarinas, por el agua. El patito, aún acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellas y le preguntó si podía bañarse también en el estanque.
Y uno de los cisnes le contestó:
- Pues, ¡claro que sí! Eres uno de los nuestros.
Y le dijo el patito:
- ¿Cómo que soy uno de los vuestros?
Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de vosotros.
Y ellos le dijeron:
- Entonces, mira tu reflejo en el agua del estanque y verás cómo no te engañamos.
El patito se miró y lo que vio le dejó sin habla. ¡Había crecido y se transformado en un precioso cisne! Y en este momento, él supo que jamás había sido feo. Él no era un pato sino un cisne. Y así, el nuevo cisne se unió a los demás y vivió feliz para siempre.



Cuento: Mirando por la ventana



MIRANDO POR LA VENTANA
Había una vez un niño que cayó muy enfermo. Tenía que estar todo el día en la cama sin poder moverse. Como además los niños no podían acercarse, sufría mucho por ello, y empezó a dejar pasar los días triste y decaido, mirando el cielo a través de la ventana.
Pasó algún tiempo, cada vez más desanimado, hasta que un día vio una extraña sombra en la ventana: era un pingüino comiendo un bocata de chorizo, que entró a la habitación, le dio las buenas tardes, y se fue. El niño quedó muy extrañado, y aún no sabía qué habría sido aquello, cuando vio aparecer por la misma ventana un mono en pañales inflando un globo. Al principio el niño se preguntaba qué sería aquello, pero al poco, mientras seguían apareciendo personajes locos por aquella extraña ventana, ya no podía dejar de reír, al ver un cerdo tocando la pandereta, un elefante saltando en cama elástica, o un perro con gafas que sólo hablaba de política ...
Aunque por si no le creían no se lo contó a nadie, aquellos personajes teminaron alegrando el espíritu y el cuerpo del niño, y en muy poco tiempo este mejoró notablemente y pudo volver al colegio.
Allí pudo hablar con todos sus amigos, contándoles las cosas tan raras que había visto. Entonces, mientras hablaba con su mejor amigo, vio asomar algo extraño en su mochila. Le preguntó qué era, y tanto le insistió, que finalmente pudo ver el contenido de la mochila:
¡¡allí estaban todos los disfraces que había utilizado su buen amigo para intentar alegrarle!!
Y desde entonces, nuestro niño nunca deja que nadie esté solo y sin sonreir un rato.


Cuento. El traje nuevo del emperador



El traje nuevo del Emperador

Hace muchos años vivía un Emperador que gastaba todas sus rentas en lucir siempre trajes nuevos. Tenía un traje para cada hora de día. La ciudad en que vivía el Emperador era muy movida y alegre. Todos los días llegaban tejedores de todas las partes del mundo para tejer los trajes más maravillosos para el Emperador.
Un día se presentaron dos bandidos que se hacían pasar por tejedores, asegurando tejer las telas más hermosas, con colores y dibujos originales. El Emperador quedó fascinado e inmediatamente entregó a los dos bandidos un buen adelanto en metálico para que se pusieran manos a la obra cuanto antes. Los ladrones montaron un telar y simularon que trabajaban. Y mientras tanto, se suministraban de las sedas más finas y del oro de mejor calidad.
Pero el Emperador, ansioso por ver las telas, envió el viejo y digno ministro a la sala ocupada por los dos supuestos tejedores. Al entrar en el cuarto, el ministro se llevó un buen susto “¡Dios nos ampare! ¡Pero si no veo nada!”. Pero no soltó palabra. Los dos bandidos le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos los colores y los dibujos. Le señalaban el telar vacío y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, sin ver nada. Pero los bandidos insistían: “¿No dices nada del tejido? El hombre, asustado, acabó por decir que le parecía todo muy bonito, maravilloso y que diría al Emperador que le había gustado todo. Y así lo hizo.
Los estafadores pidieron más dinero, más oro, y así lo hicieron. Poco después el Emperador envió otro ministro para inspeccionar el trabajo de los dos bandidos. Y le ocurrió lo mismo que al primero. Pero salió igual de convencido de que había algo, de que el trabajo era formidable. El Emperador quiso ver la maravilla con sus propios ojos. Seguido por su comitiva, se encaminó a la casa de los estafadores. Al entrar no vio nada. Los bandidos le preguntaron sobre el admirable trabajo y el Emperador pensó: “¡Como! Yo no veo nada. Eso es terrible. ¿Seré tonto o acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso”. Con miedo de perder su cargo, el emperador dijo: - Oh, sí, es muy bonita. Me gusta mucho. La apruebo. Todos de su séquito le miraban y remiraban. Y no entendían al Emperador que no se cansaba de lanzar elogios a los trajes y a las telas. Y se propuso a estrenar los vestidos en la próxima procesión.
El Emperador condecoró a cada uno de los bribones y los nombró tejedores imperiales. Sin ver nada, el Emperador probó los trajes, delante del espejo. Los probó y los reprobó, sin ver nada de nada. Y todos exclamaban: “¡Qué bien le sienta! ¡Es un traje precioso!”. Fuera, la procesión lo esperaba. Y el Emperador salió y desfiló por las calles del pueblo sin llevar ningún traje. Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz o por estúpido, hasta que exclamó de pronto un niño: - ¡Pero si no lleva nada! - ¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! Dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño. - ¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada! - ¡Pero si no lleva nada! – gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador, pues sospechaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: “Hay que aguantar hasta el fin”. Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.



Cuento: El regalo mágico del conejito pobre



EL REGALO MÁGICO DEL CONEJITO POBRE

Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en darles buen uso.
Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no podía caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dió a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dió a él.
En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿qué es lo que has hecho con ellas? El conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas?. ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas, ¡¡todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los animales!!
Y el conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegría a todos


Cuento: El príncipe y el mendigo




EL PRINCIPE Y EL MENDIGO

Érase un principito curioso que quiso un día salir a pasear sin escolta. Caminando por un barrio miserable de su ciudad, descubrió a un muchacho de su estatura que era en todo exacto a él.
-¡Sí que es casualidad! - dijo el príncipe-. Nos parecemos como dos gotas de agua.
-Es cierto - reconoció el mendigo-. Pero yo voy vestido de andrajos y tú te cubres de sedas y terciopelo. Sería feliz si pudiera vestir durante un instante la ropa que llevas tú.
Entonces el príncipe, avergonzado de su riqueza, se despojó de su traje, calzado y el collar de la Orden de la Serpiente, cuajado de piedras preciosas.
-Eres exacto a mi - repitió el príncipe, que se había vestido, en tanto, las ropas del mendigo.
Pero en aquel momento llegó la guardia buscando al personaje y se llevaron al mendigo vestido en aquellos momentos con los ropajes de principe.
El príncipe corría detrás queriendo convencerles de su error, pero fue inútil.
Contó en la ciudad quién era y le tomaron por loco. Cansado de proclamar inútilmente su identidad, recorrió la ciudad en busca de trabajo. Realizó las faenas más duras, por un miserable jornal. Era ya mayor, cuando estalló la guerra con el país vecino. El príncipe, llevado del amor a su patria, se alistó en el ejército, mientras el mendigo que ocupaba el trono continuaba entregado a los placeres.
Un día, en lo más arduo de la batalla, el soldadito fue en busca del general. Con increíble audacia le hizo saber que había dispuesto mal sus tropas y que el difunto rey, con su gran estrategia, hubiera planeado de otro modo la batalla.
- ¿Cómo sabes tú que nuestro llorado monarca lo hubiera hecho así?
- Porque se ocupó de enseñarme cuanto sabía. Era mi padre.
Aquella noche moría el anciano rey y el mendigo ocupó el trono. Lleno su corazón de rencor por la miseria en que su vida había transcurrido, empezó a oprimir al pueblo, ansioso de riquezas.
Y mientras tanto, el verdadero príncipe, tras las verjas del palacio, esperaba que le arrojasen un pedazo de pan.
El general, desorientado, siguió no obstante los consejos del soldadito y pudo poner en fuga al enemigo. Luego fue en busca del muchacho, que curaba junto al arroyo una herida que había recibido en el hombro. Junto al cuello se destacaban tres rayitas rojas.
-Es la señal que vi en el príncipe recién nacido! -exclamó el general.
Comprendió entonces que la persona que ocupaba el trono no era el verdadero rey y, con su autoridad, ciñó la corona en las sienes de su autentico dueño.
El príncipe había sufrido demasiado y sabía perdonar. El usurpador no recibió mas castigo que el de trabajar a diario.
Cuando el pueblo alababa el arte de su rey para gobernar y su gran generosidad él respondía: Es gracias a haber vivido y sufrido con el pueblo por lo que hoy puedo ser un buen rey


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sábado, 6 de abril de 2013

HIGIENE POSTURAL

Es fundamental una buena educación y conciencia postural precoz. Es en la infancia donde se van modelado las conductas que afectan a la salud y es la etapa de la vida en la que resulta más fácil cambiar los malos hábitos.
Los adultos deben adoptar una actitud postural adecuado para que resulte el modelo a seguir.
Algunas recomendaciones para escolar son las siguientes:

  • Estimular la práctica de actividades, ejercicio físico y deporte que no sea de forma abusiva y evitando deportes o actividades que les causen molestias.
  • Evitar estar muchas horas sentado.
  • El peso de la mochila no puede sobrepasar el 10% del peso corporal del niño.
  • Pare recoger objetos del suelo debemos flexionar las rodillas manteniendo la espalda recta.
  • Caminar con una buena postura, con la cabeza y el tórax erguidos.
  • Acostarse: la mejor postura es de lado, con el costado apoyado, con las caderas y rodillas flexionadas y con el cuello y la cabeza sobre una almohada para que queden alineados con el resto de la columna. Evitar dormir boca abajo.
  • Transporte del material: llevar a diario solo lo necesario; utilizar mochila de tirantes anchos, colocada sobre los dos hombros o carrito. (No usar cartera, bandolera o bolso).
  • Escribir en la pizarra a una altura adecuada.
  • Al escribir, adoptar una postura erguida.
  • Vestirse: acostumbrarlos a que se vistas sentados.
  • Asearse: que el niño no s eponga de puntillas.




APRENDER JUGANDO

http://www.educa.jcyl.es/educacyl/cm/gallery/Recursos%20Infinity/escritorio_infantil_/castellano/escritorio.html

viernes, 5 de abril de 2013

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Evitar contagio o transmisión:

    1. AGUA: consumir agua potable, evitar aguas contaminadas.
    2. ALIMENTOS: conservación y manipulación. Lavar los alimentos.
    3. LIMPIEZA MANOS: antes de manipular los alimentos por ejemplo.
    4. ASEO GENERAL
    5. LIMPIEZA HERIDAS: con agua y jabón.
    6. EVITAR MORDEDURAS de animales.

MÁS INFORMACIÓN

www.saludcastillayleon.es

CALENDARIO DE VACUNACIÓN INFANTIL 2013


PIRÁMIDE DE LA ACTIVIDAD FÍSICA


PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN


SALUD

La OMS habla de la salud como un estado de completo bienestar físico, psiquico y social. No solo a ausencia de enfermedad. Es un derecho humano fundamental. Siempre debemos intentar conseguir e mayor nivel de salud.

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN EL ÁMBITO ESCOLAR:

A lo largo de la historia, la salud ha dependido del desarrollo de fármacos y de avances médicos en la lucha contra enfermedades, entonces las enfermedades infecciosas eran la primera causa de muerte.

Hoy, en los países desarrollados, los principales causas de muerte son las enfermedades cardiovasculares, los cánceres, los accidentes... todo ello muy relacionado con los estilos de vida.

La infancia es la etapa en la que se adquieren los comportamientos y hábitos, mientras que en los adultos es más difícil  cambiarlos.

Algunas características del niño de 24 a 36 meses.

El niño desde su segundo cumpleaños hasta los 3 años de edad:

  • Camina, corre, salta, baila, tira una pelota e imita acciones más complejas.
  • Rueda y se columpia.
  • Salta sobre un pie con ayuda.
  • Muestra si es diestro o zurdo.
  • Le gusta hacer las cosas a "su manera"
  • Expresa sentimientos de amor y de rabia.
  • Sigue diciendo "no" con frecuencia.
  • Usa el nombre de las cosas para referirse a ellas.
  • Disfruta jugando con otros niños, aunque no le gusta compartir sus juguetes.
  • Se sube a cosas si le sujetamos de la mano.
  • Camina de puntillas y es capaz de andar de espaldas.
  • Puede ir en un triciclo pequeño.
  • Se viste y desviste él solo.
  • Entiende instrucciones sencillas combina varias palabras.

Algunas características de 12 a 24 meses

El  niño desde su primer cumpleaños hasta el segundo puede:

  • Agarrar, patalear, aplaudir y apretar.
  • Requerir mas atención individual.
  • Perseguir y empujar.
  • Caminar solo o con muy poca ayuda.
  • Rodar, saltar e imitar acciones.
  • Trepar y subir a gatas por las escaleras.
  • Ser muy curioso y querer inspeccionarlo todo.
  • Decir "no" frecuentemente.
  • Abrir y cerrar puertas.
  • Reconocerse a sí mismo en un espejo o  en una fotografía.
  • Decir "adiós" con la mano.
  • Quitarse sus propios zapatos, calcetines y algunas piezas de ropa.
  • Decir frases de dos o tres palabras y entender más palabras de las que él puede decir.
  • Pedir cosas simples y entender el significado de "mío" y "tuyo".
  • Hacer muchas preguntas, como: "¿Por qué?" o "¿Qué es eso?".

BOTE Y REBOTE

BOTE Y REBOTE ( de 24 a 36 meses)

Vamos a jugar, una vez mas, con una pelota. Esta vez una pelota pequeña.

  • Nos situamos  frente a una pared, a unos 3 metros de la misma.
  • El juego consiste en tirar la pelota suavemente contra la  pared y agarrarla después procurando que no caiga al suelo.
  • Al principio parece un poco complicado, pero el niño aprende pronto a hacerlo bien.
  • Después nos sentamos en el suelo, uno frente al otro, a un par de metros de distancia, y nos pasamos la pelota: sin que ésta toque el suelo, haciendola botar varias veces en el suelo, rodando, o como queramos.
  • Cuando notemos cansancio o aburrimiento en el pequeño, dejamos el juego para otro día.
VARIACIONES: según la actividad que realicemos, podemos alternar una pelota de tenis con una de pimpón según las necesidades. Más adelante, cuando el niño tenga mas práctica, podemos complicar el juego y, por ejemplo, jugar a encestar la pelota en una caja tras varios botes en el suelo.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
  1. Ejercitar el seguimiento visual.
  2. Adquirir destreza en las ejecución de actividades
  3. Aumentar el dominio de la lateralidad.
  4. Facilitar la valoración de distancias.

LA SERPIENTE

LA SERPIENTE (de 24 a 36 meses)

Con una cinta de colores vistosos, de un par de metros de longitud, podemos pasar un buen rato con nuestro hijo.

  • Nos atamos la cinta al cinturón por la parte de la espalda; el niño nos ha de perseguir para quitárnosla ya sea agarrándola ya pisándola. La cinta debe soltarse al agarrarla.
  • Sostenemos la cinta de colores por uno de sus extremos y la hacemos serpentear sobre el suelo y el pequeño debe tratar de pisarla.
  • A continuación, hacemos serpentear de nuevo la cinta de colores sobre el suelo, pero ahora el niño debe tratar de que la cinta no le toque, para lo cual debe correr y dar saltitos para esquivarla.
  • Por supuesto, podemos invertir nuestros papeles en el juego de vez en cuando, dejando al niño la iniciativa.
  • Y para terminar, entregamos la cinta de colores al pequeño para que juegue como quiera con ella, la mueva haciendo figuras en el aire, la arrastre por el suelo...
VARIACIONES: este juego puede ser realizado por mas de dos jugadores, pero tampoco conviene que haya muchos.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
  1. Realiza juegos dinámicos compartidos
  2. Facilitar la valoración a distancia.
  3. Favorecer la coordinación óculo - segmentaria.
  4. Desarrollar la habilidad coordinativa, motriz.

LOS DISFRACES

LOS DISFRACES (de 24 a 36 meses)

A estas edades, un juego que acostumbra a apasionar a los niños  es disfrazarse de algún personaje.

  • Podemos buscar prendas de ropa económicas en una tienda o mercadillo,o aprovechar algunas que tengamos en casa.  Estas prendas deben ser cómodas y fáciles de poner y quitar.
  • Colocamos las prendas de vestir en una caja grande o sobre una silla, en el centro dela habitación donde vamos a jugar.
  • Después invitamos al pequeño a explorar lo que hay en la caja y a que se vista con lo que más le apetezca.
  • Podemos ir comentando con él qué es cada cosa y pedirle que nos cuente por qué elije una prenda y no otra.
  • Repetimos el juego varias veces, dejando que el niño lleve puesta un rato la ropa que mas le guste.
VARIACIONES: en época  de carnaval, podemos ir con nuestro hijo a una tienda de disfraces para alquilar o comprar uno o, mejor, con un poco de imaginación y paciencia, hacer uno en casa a nuestro gusto. Podemos dejarle también complementos, como bufandas, sombreros, etc.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
  1. Estimular la inventiva y la fantasía.
  2. Desarrollar la habilidad para observar e imitar movimientos.
  3. Reconocer colores, texturas y objetos.
  4. Desarrollar la función simbólica.

CUÉNTAME UN CUENTO

CUÉNTAME UN CUENTO (de 24 a 36 meses)

A esta edad no debe faltarle al niño un libro de cuentos con ilustraciones de colores  vivos y atractivos, con muchos dibujos y poca letra, que no se cansará de oír y mirar una y otra vez.

  • Nos sentamos con el pequeño con uno de  sus libros de cuentos favoritos en un sillón  del salón de casa o en el suelo.
  • Le vamos leyendo el cuento mientras él va mirando las ilustraciones.
  • De repente, cambiamos el argumento del cuento, inventándonos alguna cosa absurda. Hagamos una pausa para ver como reacciona el niño.
  • Lo más probable es que proteste y que diga que hemos cambiado el argumento.
  • Podemos seguir la lectura y cambiar de vez en cuando alguna cosa para sorprenderlo.
VARIACIONES: el cuento nos lo podemos inventar nosotros y dibujar los personajes, cometiendo algún error expresamente para ver si se da cuenta (por ejemplo, podemos hablar de un automóvil y dibujar un avión). También se puede jugar con títeres de elaboración casera.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
  1. Mejorar la capacidad de atención.
  2. Desarrollar la memoria.
  3. Estimular la fantasía y el gusto por los textos escritos.
  4. Desarrollar el lenguaje.

COLORINES

COLORINES (de 24 a 36 meses)

Aunque este juego puede ser practicado en cualquier lugar, es una ocasión fantástica para explorar una zona al aire libre.

  • Siempre al lado del niño, caminamos y observamos a nuestro alrededor.
  • Anunciamos un color y él ha de indicarnos todo aquello que vea que es de ese color (un objeto, una planta, una piedra, etc.).
  • Examinamos siempre bien de cerca lo que nos indique, y le comentamos cualidades o características (qué es, posible utilidad, etc.).
  • En vez de decirle el nombre del color, también le podemos pedir que busque algo el mismo color que su camisa, por ejemplo, o que agrupe objetos por colores.
  • Ahora puede ser el niño quien nos haga buscar a nosotros algún objeto del color que quiera.
VARIACIONES: si participan más de dos jugadores (papá, mamá y el niño, incluso algún hermano más), el juego puede consistir en buscar objetos por parejas o a ver quién lo encuentra antes, o en un corto espacio de tiempo tratar de encontrar cuantos mas objetos mejor.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
  1. Favorecer el reconocimiento de colores.
  2. Facilitar la exploración del entorno.
  3. Enriquecer el léxico.
  4. Ejercitar la capacidad de observación.

EL ARMARIO

EL ARMARIO (de 24 a 36 meses)

Si tenemos que guardar ropa, podemos aprovechar la ocasión para que nuestro hijo nos acompañe en esta tarea doméstica.


  • Dejamos la ropa limpia y seca amontonada sobre una mesa o en el suelo.
  • Nos sentamos junto al pequeño con la ropa delante.
  • Ahora, en un ambiente festivo, vamos tomando pieza por pieza y le pedimos al niño que nos diga de quién es aquella ropa: de papá, de mamá o suya, mientras la vamos ordenando.
  • Cuando ya hemos separado la ropa de cada uno en un montón distinto, le indicamos que nos ayude a ordenar en cada montón la ropa por tipos de prendas, por tamaños o por colores.
  • Y entonces la vamos metiendo en la parte del armario correspondiente, así el pequeño pasará un buen rato mientras nos ayuda un poco y aprende algunas cosas de un modo divertido.
VARIACIONES: se le pueden ir diciendo al niño los nombres de las prendas en cuestión para que se vaya familiarizando con ellas.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?

  1. Reconocer los segmentos corporales.
  2. Desarrollar la capacidad de clasificación.
  3. Fomentar el conocimiento de objetos, texturas y colores.
  4. Enriquecer el léxico y desarrollar la memoria.




EL OBJETO FANTASMA

EL OBJETO FANTASMA ( de 24 a 36 meses)

Jugamos aprovechando la capacidad de imitar y la imaginación de nuestro hijo.


  • Para comenzar, decimos al pequeño que debe imitar lo que estamos haciendo.
  • La 1º vez fingimos, por ejemplo, que nos bebemos un vaso de agua y hacemos los gestos propios de esta acción pero sin el vaso, y decimos: "Bebo agua, ¿y tu?".
  • Entonces él debe imitarnos. Cuando lo haya realizado reafirmamos lo bien que lo ha hecho.
  • También se pueden llevar a cabo diversas acciones cotidianas que el niño debe ir imitando (lavarse los dientes, comer sopa, lanzar un objeto, vestirnos, etc.).
  • De  vez en cuando dejamos que sea el pequeño quien lleve la iniciativa y nosotros lo podemos imitar.
VARIACIONES: también podemos jugar a imitar lo que hace el otro: gestos, movimientos...

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?

  1. Fomentar la creatividad y coordinación dinámica general.
  2. Desarrollar la memoria.
  3. Mejorar la habilidad para observar e imitar posturas y movimientos.
  4. Aprender mediante el ejemplo y la imitación.

martes, 2 de abril de 2013

Algunas características del niño de 9 a 12 meses

El bebe desde los 9 meses hasta su primer cumpleaños:

  • Gatea fácilmente por toda la casa.
  • Puede sentarse cuando está parado.
  • Se incorpora agarrándose a los muebles.
  • Imita sonidos y expresiones de nuestra cara.
  • Se pasa objetos de una mano a otra.
  • Le gusta comer con los dedos.
  • Agarra los objetos con el pulgar y el índice a modo de pinza.
  • Al pedírselo, deja un objeto en nuestra mano.
  • Introduce objetos en un recipiente y vuelve a sacarlos.
  • Encaja dos piezas por imitación.
  • Responde cuando se le llama por su nombre.
  • Busca a un familiar adulto para lograr afecto, ayuda o consuelo.
  • Le gusta que le lean cuentos.
  • Sujetado por un adulto, camina unos pasitos hacia adelante.
  • Empieza a hacer construcciones sencillas.
  • Dice sus primeras palabras.

Algunas características del niño de 6 a 9 meses

El bebe desde los 6 a los 9 meses:


  • Balbucea mucho.
  • Se da la vuelta.
  • Se pone los dedos de los pies en la boca y juega con ellos. 
  • Se apoya en manos y piernas.
  • Se incorpora y se sienta él solo.
  • Aprende a usar los dedos.
  • Suelta y deja caer los objetos a su voluntad.
  • Tira los juguetes al suelo y experimenta con ellos.
  • Rompe papeles con ambas manos.
  • Puede hacer sonar una campana.
  • Mira y "estudia" algo que le pueda interesar mucho tiempo.
  • Rechaza el alimento si no le apetece.
  • Emite sonidos cada vez más articulados.
  • Discrimina formas simples.
  • Puede comenzar a gatear.

Algunas características de 3 a 6 meses

El bebe desde los 3 hasta los 6 meses:

  • Sonríe ante la mirada de un desconocido.
  • Ríe, grita y babea mucho.
  • Nos mira a los ojos.
  • Alargar la manita para tomar un objeto a su alcance con la manita  abierta.
  • Le encantan los masajes.
  • Responde con risas al estímulo del juego.
  • Juega con sus pies y manos.
  • Se pone toda  clase de objetos en la boca, los chupa y los muerde.
  • Le gusta que lo lleven a cuestas de aquí para allá.
  • Disfruta con las salidas fuera de casa y observa con gran curiosidad todo su entorno.
  • Reconoce a sus familiares más cercanos.
  • Se sostiene sentado con apoyo.
  • Ya es capaz de sostener la cabeza y mantenerla erguida.
  • Se voltea solo y levanta su cuerpo con sus manitas.
  • Puede reconocer su propio nombre.
  • Se puede quedar de pie si alguien le sostiene.
  • Atiende a las palabras que le dirigimos y contesta con sonidos ininteligibles.

Algunas características del niño de 0 a 3 meses

El bebe desde su nacimiento  hasta los 3 meses:


  • Durante el primer mes ve a una distancia máxima de 30 centímetros.
  • Llora mucho; es su manera de decir que quiere algo.
  • Nos mira a los ojos y sigue con la mirada algo que se mueve.
  • Sonríe a la gente.
  • Mueve todas sus extremedidades.
  • Fija su mirada sobre objetos de colores brillantes y llamativos.
  • Muestra interés en mirar cosas diferentes y escuchar sonidos diversos.
  • Le gusta ser mecido y sostenido en brazos.
  • Parece escuchar cuando le hablan.
  • Se voltea hacia donde se produce un ruido.
  • Se lleva con frecuencia las manos a la boca.
  • Se agarra bien a nuestros dedos, tomándolos con sus deditos.
  • Es capaz de sostener un sonajero y otro objeto colocado en su mano.
  • Levanta la cabeza momentáneamente, aunque aún no es capaz de sostenerla.
  • Cada vez duerme menos y pasa más tiempo despierto.
  • Comienza a vocalizar.

SALTITOS

SALTITOS (de 12 a 24 meses)

Los niños de esta edad ya pueden empezar a dar algunos saltitos, si les ayudamos un poco. Sólo necesitamos un lugar un poquito elevado 8un escalón, una caja de madera, una piedra, etc.) y ganas de pasarlo bien.


  • Subimos a nuestro hijo a este lugar un poco elevado (no mas de un palmo del suelo la 1ª vez y mas alto posteriormente hasta una altura prudencial).
  • Nos situamos delante de él y lo sujetamos por ambas manos con fuerza. Contamos hasta 3 y le pedimos que salte. Al tenerlo bien agarrado, le ayudamos a caer bien sobre sus pies.
  • Como seguro que le gusta el juego, lo repetimos una y otra vez en distintos sitios hasta que se canse  o quiera hacer otra cosa.
VARIACIONES: cuando adquiera un poco mas de agilidad, podemos dejar que sea él solito quien se suba al cajón, etc., pero siempre bajo nuestra atenta vigilancia.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?

                Mejorar el control psicomotor.
                Descubrir las capacidades y limitaciones.
                Mantener el equilibrio.
                Aprender a valorar distancias.
                Aumentar el dinamismo.




LOS DOBLES

LOS DOBLES (de 12 a 24 meses)

Preparamos una colección de fotos de animales duplicada, es decir, dos fotos iguales de cada animales.


  • Ponemos todas las fotos boca arriba sobre una mesa o en el suelo de la habitación de juegos, bien a la vista.
  • Tomamos una foto e incitamos al niño a que busque su pareja.
  • La 1º vez, si es necesario, enseñamos al pequeño a como hacerlo.
  • Cada vez que consigamos la pareja, le decimos de qué animal se trata y le pedimos que lo imite (su manera de andar, su voz, etc.) o lo hacemos nosotros.
  • Podemos dejar alguna foto sin pareja para ver como reacciona al no encontrar el doble de la foto.
  • Y otro día podemos jugar con figuras de animales o  fotos emparejadas o postales duplicadas de paisajes, trenes, automóviles, y un sinfín de tema.
VARIACIONES: también puede jugarse con fotos de animales: macho y hembra, o adultos y crías.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO? 

               Fomentar la observación y localización de objetivos.
               Enriquecer el léxico.
               Estimular la vocalización
               Desarrollar la memoria.
               Aprender a clasificar objetos.

DIBUJOS EN LA ARENA (de 12 a 24 meses)

En la orilla del mar o de un río o en un parque podemos jugar con arena, o en casa si conseguimos arena y la guardamos en una caja.



  • Nos sentamos en una zona arenosa (un parque, una playa o a orillas de un río).
  • Al niño le enseñamos a hacer marcas en la arena con nuestros dedos y manos. Podemos agarrar su mano y ayudarle a hacerlas, pero pronto querrá hacerlas solo.
  • Cuando adquiera un poco de práctica, en seguida comenzará a dibujar formas mas complejas. Si contamos con diversos utensilios para grabar la arena (un pequeño palo, un colador, un cubo, una pala, etc.) el pequeño se lo pasara en grande.
  • De un día para otro podemos cambiar de lugar para que trabaje con arena suelta y con arena húmeda, con lo que multiplicamos, con toda seguridad, sus posibilidades creativas.
  • Y para complementar el juego, podemos dejar a  su alcance algunos de sus juguetes para que juegue con ellos sobre la arena, vea qué marcas dejan o se invente sus propios juegos.
VARIACIONES: si estamos en casa, podemos jugar con una bandeja con arena, aunque conviene tener "acordonada" la zona de juego, pues siempre caerá algo de arena fuera de la caja.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?

               Conocer materiales y texturas.
               Aprender mediante el ejemplo y la imitación.
               Estimular la expresión plástica.
               Desarrollar la creatividad.
               Mejorar la habilidad de manipulación.

PLASTILINA


PLASTILINA  (de 12 a 24 meses)

Con pequeños bloques de plastilina los niños se lo pasaran en grande creando “obras de arte”.
  •         Para manipular la plastilina buscamos una superficie fácil de limpiar, o colocamos un papel de periódico en el suelo o sobre la mesa.
  •          Le entregamos a nuestro hijo un bloque de plastilina y le enseñamos a trabajarla un poco, a estirarla, apretarla, cortarla y volverla a juntar, etc., procurando que no se la ponga en la boca.
  •          Cuando ya tenga un mínimo de práctica, podemos mostrarle como emplear “moldes” de plástico con formas de animales, geométricas y otras muchas.
  •          Procuramos entregarle bloques de plastilina de diversos colores, para que vaya haciendo sus composiciones.
  •          Finalmente, debemos animarlo a hacer muñecos y figuras muy simples de objetos  que él ya conozca. Después de esta actividad debemos lavarle las manos.
  •          Como siempre. Debemos animarlo a seguir haciendo cosas con la plastilina, y aprovechar para decirle de que color es, que es lo que hemos hecho y maravillarnos con sus creaciones.

VARIACIONES: con un rodillo pequeño o un cuchillo de plástico, el niño puede aprender a hacer serpientes, cortar la plastilina para modelar bolas con las que jugar a otras cosas, etc.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?

-                         Verificar la solidez de materiales.
-                         Aprender mediante el ejemplo y la imitación.
-                          Desarrollar la habilidad de manipulación.
-                          Estimular la expresión plástica.
-                          Desarrollar la creatividad.


DEDOS


DEDOS (de 12 a 24 meses)
Con un poco de pintura e imaginación podemos jugar y divertirnos con nuestro hijo.
  •           Pintamos en la yema de los dedos de nuestra mano derecha o izquierda unas caritas sonrientes. Nos acercamos al pequeño y, poniéndonos juntos a él, le mostramos nuestros dedos decorados, a la vez que los movemos para llamar su atención.
  •        Podemos inventarnos un dialogo en el que participen los personajes que hemos dibujado. Cuando hagamos hablar a los dedos, tendremos que usar tonos de voz distintos al habitual para que el niño los distinga fácilmente.
  •           Debemos procurar que la historia sea entretenida y que el niño pueda participar de alguna manera en ella: le podemos hacer preguntas, dar instrucciones, cantar alguna cancioncilla, etc. Terminamos el juego haciendo que los personajes se despidan del niño y que éste les devuelva la despedida adecuadamente.

VARIACIONES: no dudemos en pintar también personajes en los dedos de nuestro hijo para que pueda involucrarse más en el juego o para que juegue él solo, cuando lo desee.

¿QUÉ SE LOGRA CON ESTE JUEGO?
-                         Mejorar el seguimiento visual.
-                        Mejorar la percepción auditiva.
-                         Estimular la fantasía y la imaginación.
-                         Favorecer la expresión y la comunicación.
-                         Facilitar la expresión de emociones.