Unos cuantos almohadones grandes, piezas de ropa y alguna
manta nos pueden servir para crear en la habitación un relieve “abrupto”, que
permitirá que el bebé se inicie en la escalada.
¿Cómo jugar?
En el centro de una habitación, formamos una “zona
montañosa” con un montón de almohadones, mantas… Los obstáculos deben ser
fácilmente salvables por el bebé y debemos procurar que la superficie del suelo
no sea resbaladiza para que no se desplacen los almohadones cuando el bebé se
suba a ellos.
Invitamos al pequeño a subir.
Debemos estar cerca para ayudarle si es necesario.
¿Qué se logra?
Desarrollar las habilidades motrices y de coordinación.
Aumentar el dinamismo y la seguridad en las coordinaciones
globales.
Ejercitar la fuerza muscular.
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